martes, 10 de marzo de 2015

Las tecnologías futuras y el mundo del trabajo: reflexiones de Jerome Glenn y Paul Krugman

El 1° de marzo recién pasado se celebró del Día Mundial del Futuro. Varios países conmemoraron la fecha. No es una actividad que recuerde un acontecimiento particular sino una invitación a pensar estratégicamente sobre el devenir con el fin de aprovechar las oportunidades que hoy tenemos y anticipar los efectos no deseados de futuros escenarios. En síntesis, busca transformar a los países y a los territorios subnacionales en entidades orientadas al futuro.

En este contexto, el Millennium Project montó en su web un sitio para preguntas y respuestas sobre los principales desafíos de la humanidad. El sitio abierto al público es  https://themp.org/#section=questions  en la que ustedes encontrarán parte de la interacción que se registró. Pongo como ejemplo la siguiente pregunta: ¿Si las tecnologías futuras como inteligencia artificial, robótica, biología sintética, nanotecnología, impresión 3D y 4D, ciencia computacional, etc. eliminarán  más empleos que los que se crean, que debemos hacer? ¿creamos nuevos trabajos, nuevos sistemas económicos o qué?

Jerome Glenn, CEO del MP responde: “yo moderé a principios de esta semana un panel sobre investigación robótica en Silicon Valley y tuvimos una animada discusión con el público. La respuesta ideal es que tales tecnologías eliminarán formas deshumanizadoras de trabajo y crearán nuevos puestos de trabajo en apoyo a la infraestructura de trabajo que permiten las nuevas tecnologías. Una respuesta común es que dicha tecnología va a liberar a los seres humanos para hacer el trabajo más creativo, inteligente. Pero como alguien ha señalado, la mayoría de los seres humanos actualmente no desarrolla trabajo creativo o inteligente. Un hombre realista apuntará a un escenario como "El Pianista," de Vonnegut[1] en el que el único trabajo que hay para la mayoría de los seres humanos es estar arreglando baches y probablemente sólo para mantenerlos ocupados, porque un robot podría hacerlo también. Otra respuesta ahora optimista es que la nueva tecnología aumentará y mejorará el trabajo de los seres humanos, proveyéndoles de nuevas capacidades, nuevos sentidos y nuevos tipos de trabajo que no podemos hoy imaginar…. Este es uno de los desafíos económicos más importantes del futuro" (Traducción libre y parcial del texto).

Esta temática es recurrente en el blog del economista Paul Krugman. En uno de sus posteos en español vinculaba la educación con los escenarios del trabajo a futuro. Señalaba: “Es una verdad universalmente aceptada que la educación es la clave del éxito económico. Todo el mundo sabe que los empleos del futuro requerirán niveles de capacitación más altos que nunca. Es por esto que, en una reciente aparición junto al ex gobernador de Florida Jeb Bush, el presidente Obama declaró que "si queremos más buenas noticias sobre el empleo, tenemos que hacer más inversiones en educación". Pero lo que todo el mundo sabe es equivocado. Un día después del encuentro Obama-Bush, The Times publicó un artículo acerca del uso creciente de software para realizar investigaciones legales. Resulta que las computadoras pueden analizar rápidamente millones de documentos, haciendo de un modo muy económico una tarea que requería ejércitos de abogados y asistentes. En este caso, entonces, el progreso tecnológico está reduciendo, de hecho, la demanda de trabajadores con un alto nivel de educación.

Y la investigación legal no es un ejemplo aislado. Como lo señala el artículo, el software también viene reemplazando a los ingenieros en tareas tales como el diseño de microprocesadores. La idea de que la tecnología moderna elimina sólo empleos poco calificados, que los trabajadores con una sólida educación son claros ganadores, puede ser dominante en la discusión pública, pero se desactualizó hace décadas. El hecho es que desde 1990 aproximadamente el mercado laboral de EE.UU. se ha caracterizado no por un aumento generalizado de la demanda de capacitación, sino por un "vaciamiento": los empleos con mejor remuneración y los de salarios bajos crecieron rápidamente, no así los empleos de salarios medios, la clase de trabajos de los que dependemos para sostener a una fuerte clase media. ¿Por qué ocurre esto? 

La creencia de que la educación es cada vez más importante se basa en una noción ­que suena plausible: los avances tecnológicos incrementan las oportunidades laborales para quienes trabajan con información; dicho en términos más sencillos, las computadoras ayudan a los que trabajan con la cabeza y perjudican a los que trabajan con las manos. Sin embargo, algunos años atrás, los economistas David Autor, Frank Levy y Richard Murnane argumentaron que esta era una manera errada de pensar el tema. Las computadoras, señalaron, sobresalen en tareas rutinarias, "tareas cognitivas y manuales que pueden realizarse siguiendo reglas explícitas". Así, cualquier tarea rutinaria, ­categoría que abarca diversos trabajos administrativos no manuales­, está en la línea de fuego. Por el contrario, los trabajos que no se pueden llevar a cabo siguiendo reglas explícitas ,­categoría que incluye diversas clases de trabajo manual desde choferes de camiones hasta porteros de edificios, tenderán a crecer aun a pesar del progreso de la tecnología. Tiene que ver con la dificultad de automatizar. Y he aquí el nudo de la cuestión: la mayor parte del trabajo manual que todavía se hace en nuestra economía parece ser del tipo del que es difícil de automatizar. Las aspiradoras-robot (roombas) son lindas, pero todavía falta mucho para que haya porteros-robot; por su parte, la investigación legal automatizada y el diagnóstico médico por computadora ya están aquí.

Y también hay que considerar la globalización. En otra época, sólo los obreros de fábrica tenían que preocuparse por la competencia de otros países, pero la combinación de computadoras y telecomunicaciones hizo posible proveer muchos servicios desde lejos. Y la investigación de mis colegas de Princeton Alan Blinder y Alan Krueger sugiere que los empleos bien pagados realizados por trabajadores con un alto nivel de educación tienden a ser más "tercerizables" que los trabajos realizados por trabajadores menos calificados y con sueldos bajos. De ser así, el crecimiento del comercio internacional de servicios agudizará aún más el vaciamiento del mercado laboral. Lo que no podemos hacer es llegar adonde queremos ir simplemente otorgándoles a los trabajadores títulos universitarios que pueden ser no más que pasaportes a empleos que no existen o no pagan salarios de clase media"

La importancia del trabajo en el futuro motivó al Comité de Planificación del Millennium Project a desarrollar una investigación de futuros con la ayuda de sus nodos.

La economía de la complejidad según César Hidalgo. El caso chileno.

Los expertos en desarrollo tienen, en sus análisis, esquemas mentales acerca de cuáles son los elementos que deben estar presentes para caracterizar a un país como desarrollado o acerca de cuáles son los procesos que conducen de una situación de menor desarrollo a uno de mayor desarrollo. El desarrollo es un concepto que trasuntan distintos significados para distintos interlocutores y seguramente el equipo de sabios de Ingsoc de Orwell en su novela 1984, lo habría eliminado del Newspeak. Su significado varía con la historia, la cultura, con el contenido ideológico de quienes lo utilizan y también con la escala del análisis. En sus análisis se entremezclan crecimiento económico, distribución de ingresos, medio ambiente y calidad de vida, pobreza y necesidades básicas, derechos humanos, competitividad internacional, desarrollo humano y otros.

Pues bien, César Hidalgo es un científico chileno, doctor en física y profesor del Media Lab del MIT, que se dedica al tema de los grandes datos (big data). Hidalgo desafía nuestras teorías y paradigmas en crecimiento económico señalando: “Soy superempirista. Las teorías en el aire no valen nada, sólo valen si tienen evidencia. Que una cosa tenga lógica no quiere decir que sea verdad, se necesita la evidencia".  Le gustan los datos “porque yo asumo que muy probablemente la idea que yo tengo en la cabeza está equivocada. Entonces el mundo es mi juez, los datos son mi juez, la naturaleza es mi juez”.  Y hoy en el mundo lo que más hay son datos. "En las ciencias naturales siempre ha habido muchos datos, pero en las ciencias sociales no pasaba lo mismo. Ahora sí, producto de las nuevas tecnologías".[1]

Muy provocador, pero con argumentos serios. Revisen el sitio “The Observatory of Economic Complexity” y descubrirán valiosos datos sobre Chile y otros países. http://atlas.media.mit.edu/profile/country/chl/

Además de búsquedas interactivas encontraran “The Atlas of Economic Complexity. Mapping Paths to Prosperity" de Hausmann, Hidalgo et al.
http://atlas.media.mit.edu/atlas/

Recomiendo este sitio que fue mencionado por Eduardo Bitrán en su excelente respuesta a la presentación de Jeremy Rifkin en el IV Congreso del Futuro realizado en enero pasado. Revisen ambas presentaciones y verán cómo se traduce el Internet de las cosas en la realidad de la economía de los países.

Una discusión fascinante que hay que introducir en el país.

[1] http://www.quepasa.cl/articulo/tecnologia---ciencia/2012/02/23-7701-9-los-datos-de-cesar.shtml

lunes, 9 de marzo de 2015

Opinión de Nicolás Luco: el asombro de un destacado científico chileno sobre el futuro de las ciencias

El futuro en ciencias biológicas esta aquí. Lean como Nicolás Luco se maravilla de los avances actuales de la ciencia al participar on-line en la reunión anual de científicos de AAAS, la organización pro-ciencia de Estados Unidos en San José, California.
http://www.aaas.org/


Recomiendo también mirar las presentaciones de Ricardo Uauy en el IV Congreso del Futuro: https://www.youtube.com/watch?v=g7xXTRBMkHQ


Sobre la Gestión Pública

En el número anterior de este blog señalaba que no obstante los avances impresionantes de las ciencias naturales y la tecnología, las ciencias de gobierno han avanzado muy poco en los últimos siglos. Y Chile no es la excepción. Esta situación fue reiteradamente denunciada por Carlos Matus en varios de sus libros, siendo el más atingente "El Líder sin Estado Mayor" que dedica un capítulo a la casa del Presidente y a la dirección pública.  

En su primera página se lee: “El líder está en una jaula, aislado (a), prisionero (a) de la corte complaciente que controla los accesos a su importante persona. Su jaula es de cristal, transparente y bien iluminada, aunque algunas zonas pequeñas, opacas y sombrías, lo protegen de la observación pública. Es un hombre (o mujer)  sin vida privada, siempre en la vitrina de la opinión ciudadana. El palacio de gobierno es cómodo y dorado, tan amplio como un país, pero tenso, vulnerable y acosado. En él, la vida del líder se asemeja a una actuación teatral agotadora, interminable. Está obligado a representar un papel que no tiene horario. No puede aparecer siempre ante los ciudadanos que representa y dirige como realmente es, ni transparentar sus estados de ánimo. Debe fingir y disimular. A veces debe engañar y mentir como un actor habituado a protagonizar con fidelidad y maestría distintos papeles. La verdad no es su objetivo, es un recurso que utiliza según sea su eficacia en cada momento. Debe elegir entre la verdad, la mentira y el silencio, de acuerdo a los costos y los beneficios. Sabe que no tiene vida privada y hasta el menor detalle de sus actos puede convertirse en noticia y crítica. Todo lo que hace tiene un costo y un premio que aumenta o disminuye su capital político. Cada minuto de su vida pesa en el examen que rinde ante diversos jurados. Todo error es explotado y todo acierto es devaluado por sus oponentes. Ninguna actuación suya escapa a este juicio implacable. Y ese juicio es con frecuencia irresponsable, parcial, apasionado y, a veces, cruel, además de injusto. El gobernante es objeto de la calumnia y del elogio exagerado. El error, propio de cualquier humano, se explota como escándalo en el caso del líder. El mundo de la política no es generoso ni solidario; es competitivo más allá de los límites de la ética. Aún para el líder más duro, esta tensión sería mortal si no pudiera refugiarse esporádicamente en la intimidad de su camarín, la pequeña zona opaca de su jaula. Allí están sus placeres y sus vergüenzas, junto con su círculo de amistades que le ofrece soporte emocional cálido y privacidad. De manera que el dirigente alterna su trabajo agobiante entre la salida a escena, cegado por las luces que iluminan el teatro de su representación política, y el refugio que le depara la intimidad de su círculo de protegidos en la medialuz tenue de un rincón de la jaula de cristal. Allí descansa, se retira de escena y deja de actuar. Pero él no puede elegir la duración y oportunidad de cada salida a escena ni el tiempo de cada momento de refugio y descanso. Tiene sólo un control parcial de su tiempo y de su atención. Su vida le pertenece a medias. El público que sigue su representación entra en su casa y en su oficina, comparte su vida con el ídolo que admira o la cabeza visible que odia. Y si la organización del líder es deficiente, ese control de su tiempo y su privacidad es muy débil. Es un hombre (o una mujer) acosado por las presiones y las urgencias. El ciudadano común sube gradualmente la cuesta empinada de su vida, sólo con su propia carga a sus espaldas. Para llegar a su meta dispone de toda su existencia. El líder, en cambio, lleva sobre sus hombros la carga de todos, debe subir una pendiente abrupta en un tiempo limitado de gobierno, y para ello cuenta con herramientas de trabajo heredadas, de pobre eficacia. Es un ciclista que pedalea la mayor parte del tiempo en el aire, sin aproximarse al objetivo. Su bicicleta es inapropiada y él, su conductor, no está entrenado para esa dura tarea. Tiene las mismas 24 horas que el ciudadano común, aunque acumula sobre sí los problemas más diversos, pequeños, grandes, rutinarios, nuevos y sorprendentes que afectan el colectivo social. Comparte los problemas de muchos hombres y esos hombres adquieren derechos sobre su tiempo y su vida privada. Acepta y ofrece compromisos cumplibles e incumplibles".

La excelente descripción que hace Matus de la situación del líder nos ayuda a comprender también las dificultades que éste enfrenta para pensar el futuro bajo las presiones de un presente demasiado agobiante. Y el líder no es el único que cae en la falta de visión prospectiva. Para incorporar la visión de futuro en la gestión pública debemos cambiar colectivamente nuestra forma de pensar y hacer política. Como antes señalara, soy de los que postulo que la prospectiva es una versión moderna de planificación ya que ésta no es otra cosa que el intento del hombre por gobernar su futuro, por imponer la razón humana sobre las circunstancias. Y en esto, la planificación y la organización institucional del país están en deuda.[1]

Por eso me parece que este blog puede ayudar a difundir trabajos o buenas prácticas sobre esto. Para comenzar les sugiero revisar el articulo de Omar Villanueva en que se pregunta si se seguirá gobernando como en el pasado: Nueva gobernanza para Chile: ¿Seguirán gobernando como en el siglo pasado?

Aprovecho también la ocasión para recomendarles el excelente  trabajo de “Prospectiva y política pública para el cambio estructural en América Latina y el Caribe” de Javier Medina Vásquez, Steven Becerra y Paola Castaño en el que los autores señalan: “La prospectiva aplicada a la gestión pública no es adivinación, profecía, ciencia-ficción ni utopía. No es charlatanería ni la simple especulación de un autor que plantea imágenes de futuro sin posibilidades de realización. En realidad, la prospectiva supone una reflexión estructurada y sistemática acerca de las alternativas futuras de un país, territorio, sector o institución, mediante la interacción organizada con expertos, redes y comunidades, basada en un diálogo fundamentado en hechos y datos. Implica la construcción de visiones de futuro estructuradas, verosímiles, innovadoras, transformadoras y con posibilidades de realización. La prospectiva tampoco es cuestión de utilizar medios informáticos para hacer cálculos exactos acerca de un futuro único, ni surge de la mera inspiración ni del trabajo aislado de una sola persona. Por el contrario, se elabora a partir del trabajo en equipo, con la capacidad de articular la opinión experta de diferentes grupos de personas y comunidades que necesitan ponerse de acuerdo en torno a una visión compartida del futuro, con miras a formular políticas públicas y tomar decisiones adecuadas para el desarrollo de un sistema social".



[1] Recuérdese que Douglass North distingue entre organizaciones e instituciones, siendo aquellas las estructuras que interactúan en el marco formado por éstas. También reconoce, a diferencia del institucionalismo clásico, la existencia de limitaciones no escritas que forman parte de convenciones y prácticas sociales que permiten estructurar las relaciones diarias. 

Ingrid Boer: la educación del futuro

Excelente contribución de la profesora Ingrid Boer Romero a la educación del futuro en la sala de clases.

Los motivo a leerla con los siguientes párrafos: “Los profesores que hoy ingresan a estudiar pedagogía recién estarán ejerciendo en el 2020 y estarán en las aulas más o menos hasta el 2050. Sus futuros estudiantes, por lo menos  para los profesores de enseñanza básica, hoy tienen un año y los de educación parvularia aún no han nacido.

¿Cómo será la sociedad en esos años? ¿Cuáles serán las dinámicas familiares? ¿Cuáles serán los avances tecnológicos? ¿Cuáles serán las problemáticas que enfrentarán las escuelas? ¿Qué avances aportará la ciencia a la educación? ¿Cuánta movilidad habrá entre la gente de distintas naciones?

Otros posteos en twitter https://twitter.com/@ingridboerr

Establecimiento de la Red Iberoamericana de Prospectiva (RIBER)

El Centro de Estudios del Futuro de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) y Millennium Project dejaron formalmente establecida la Red Iberoamericana de Prospectiva, en un acto encabezado por el presidente de dicha fundación y ex presidente de República Dominicana, Leonel Fernández.

Yarima Sosa, directora del Centro Estudios del Futuro; José Luis Cordeiro, fundador de la Sociedad Mundial del Futuro de Venezuela; Fernando Ortega, presidente de Asociación Peruana de Prospectiva y Estudios del Futuro e Ibon Zugasti, director de PROSPEKTIKER – Instituto Europeo de Prospectiva y Estrategia, organizaron la actividad, que estuvo precedida de dos días de debates, consultas y planificación sobre el camino que recorrerá la red para lograr su objetivo. El ex presidente Fernández celebró la creación de la “red de pensadores” y reafirmó el compromiso de Funglode por impulsar su trabajo, con miras a lograr los cambios de paradigmas en el quehacer científico iberoamericano que culminen en la adopción de políticas públicas que garanticen el desarrollo sostenible.

Consciente de que los estudios del futuro y de prospectiva son todavía una rama del conocimiento desconocida o que no ha llegado a penetrar en amplios segmentos del país y el mundo, Fernández explicó que estos consisten en “la construcción de escenarios posibles para articular acciones probables, no de predecir el futuro”. No se trata, dijo, de conocimientos esotéricos ni metafísicos, sino de contar con instrumentos para poder incidir en el mundo real y lograr un desarrollo sostenible. Agregó que se trata de pensar de una manera diferente, que vaya más allá de la óptica de la racionalidad, de lo lógico, para ver el mundo desde la perspectiva de la complejidad. Entre los asistentes presenciales a esta conformación de RIBER asistieron los nodos iberoamericanos y especialistas invitados entre los que se destacan: Sergio Bitar. Jorge Mattar, Marco Moreno, Lydia Garrido, Arnoldo (José) Guevara (De Hoyos), Karelys  Abarca, Ibon Zugasti, Carlos William Mera Rodríguez, Rafael  Galdámez Fuentes, Luis Lira, Luis Carrizo, Gabino Ayarza, Carlos Marschall Murillo, Verónica  Agreda, Clement Bezold, Beatriz Bechara de Borge, Fernando Ortega, Francisco José Mojica, Darío Sierra, Guillermo Gándara, Luis Mauricio Cuervo junto a los anfitriones Yarima Sosa y Leonel Fernández.